Querida Leila, quiero que sepas que esa gran pregunta, te va a ser respondida dentro de varios años.
Vas a crecer, y vas a sufrir. Vas a llorar y te vas a perder. Vas a dar la vuelta y te vas a encontrar. Te vas pero siempre volves. Las palabras se te pierden y las canciones se te olvidan. Te vas a olvidar de hasta vos misma.
Pero no te preocupes, porque todo va a valer la pena.
Te vas a encontrar, y vas a entender todo.
Vas a entender que todo el dolor, las lágrimas y las pérdidas, fue para llegar a tener aunque sea un pedacito de la vida que desde chiquita, te imaginabas que ibas a tener cuando llegaras a cierta edad.
Creo que nunca te vas a dejar de buscar, porque cada vez que bajas una canción, o cada vez que lees un libro, buscas algo con lo cual identificarte, y no lo sabes todavía, pero en realidad, te estás buscando a vos misma.
Nunca tenes que dejar de hacerlo, porque sabes que nunca te vas a olvidar de que la música y las palabras, son lo que te mantuvieron con vida en los peores momentos, y siempre va a ser así, aunque todo ya esté en orden, cuando tus días sean un desastre, tus melodías y tus frases, van a estar acompañándote.
Vas a encontrar a gente, a TU gente, y vas a reírte como loca, pero también vas a hacer que se rían como locos, y sabes que te encanta.
Y vas a llorar un poco más de lo normal, y no vas a querer que tu mamá se de cuenta, porque todo lo que te pasa, es difícil de explicar. (Y más a alguien de casi 50.)
Quiero que sepas que aunque todo parezca que esté perdido, mañana, siempre es un día mejor.
Vas a estar agradecida, porque tu mentalidad, cambió. Sabes que no importa lo que pase, vos vas a estar bien, y que por cada día malo, va a haber un día bueno.
Va y viene gente, vas y venís vos.
Vas a definir quién sos, y quién queres ser. Y sabes que si hay algo de vos que no te gusta, lo podes cambiar.
Vas a tener gente que va a estar ahí para bancarte sin importar que, pero también vas a tener gente que siempre va a querer destruirte.
Y así vas a ir encontrando tu pasión, tu vocación, tu futuro, tu lugar, tus ideas. Tus amigos, tu familia, tu hogar. Tu amor, tu odio. Tus llantos y tus gritos. Tus risas y sonrisas. Tus cantos y melodías. Tu paz, y tu certeza, así, sin darte cuenta, de a poquito, te vas a ir construyendo.
Hoy estoy acá, y a lo mejor, mañana no.
Pero sé que por lo menos, una de mis preguntas, se contestó.
Estoy acá, no me voy.
Me encontré, al menos, por hoy.
