Todavía es difícil no mirar atrás. No mirar a esa chica que era hace dos años atrás, porque a pesar de que haya pasado el tiempo, sigo siendo esa chica. Sigo siendo igual de agresiva y solitaria. Y me da miedo eso. Debo ser como De Niro en 'Taxi Driver'. 'Dios' (vamos a llamarlo así), me hizo solitaria. Pero estar sola, ser sola y ser solitaria no es lo mismo. Digamos que yo soy las tres cosas. Estoy un poco sola, soy sola (siempre lo fui) y creo que siempre fui solitaria. Me tengo lástima. Posta que sí. Voy a ser como mi vieja, que iba al cine sola. Y cada vez le tengo más terror a la idea de que puede que termine completamente sola. Siempre va a estar mi familia, pero a Agustina le falta poco para convertirse en adolescente, y ya no vamos a poder seguir haciendo las mismas cosas que ahora.
Todavía es difícil no pensar en una de las personas que más me lastimó en la vida. Es difícil no pensar cómo sería mi vida si yo no hubiera terminado la relación y cortado completamente la comunicación. Es difícil creer que después de todo, esa persona siga siendo igual. O por lo menos para mis ojos. No importa cuántas veces puedas pedir perdón a una persona que querés mucho (aparentemente ahora sí), y no importa todo lo que hagas. Siempre vas a ser un miserable de mierda. Y siempre vas a ser una mierda, porque es lo que sos, y espero que lo sepas. Y son inevitables las ganas que tengo de vomitar cuando te veo.
Todavía es difícil tratar de olvidarme de todo. Estoy cansada de seguir reproduciendo los recuerdos que tengo. Y darme cuenta de que soy una estúpida, y de que pude haberla pasado mejor, si hubiera hecho o no ciertas cosas. Pude haber tenido un mejor comienzo de la adolescencia. Pero yo siempre supe en lo que me metía. Pero siempre supe que lo quise. Y quizás más de lo que él se merecía.
Todavía es difícil dejar de hablar de todas las cosas por las cuales pasé. Es difícil olvidarlas, dejarlas en el pasado, mandarlas al tacho de basura en mi cabeza. Es como si yo todavía estuviera atrapada en esa cosa retorcida, enferma y confusa. Es como que si no me quisiera ir. Es como que a pesar de todo, yo todavía sigo eligiendo eso. No me puedo despegar. Y quizás sea porque eso se llevó los años que pudieron haber sido los mejores. Y todo fue mi culpa. O quizás la mitad. Yo debería haberme alejado de vos, pero no lo hice. Mis sentimientos fueron más fuertes que mi cabeza, y por no exponerme a la soledad, preferí seguir sufriendo. Ojalá en ese momento hubiera rebotado en mi cabeza la frase... "Mejor sola, que mal acompañada."
