Soñar es gratis.

A veces quisiera tener un pedazo de felicidad, como los demás. Me refiero a ese sentimiento de que, si pasa algo malo, si mañana no estás, podés irte tranquilo, sin arrepentimientos, solamente con buenos recuerdos y amores. A veces (pero solamente a veces), me gustaría ser un poco como los demás. Pelotudizarme con un novio, ir de fiesta en fiesta, ir caminando por Cabildo a las dos de la mañana fumando un pucho, viviendo en las casas de mis amigas, ser otra Leila. A veces me gustaría ser "copada". Vivir con cero preocupaciones. Vivir la vida loca. Vivir rápido. Me gustaría irme de viaje a algún lugar, tratar de no volver más. Pero qué haría sin mi puta Buenos Aires? Que haría sin las calles de Saavedra, sin el colegio, sin mis amigos. Que haría sin mi casa, sin mi familia. Qué carajo sería yo si no tuviera todas las cosas que tengo hoy? Qué clase de persona sería si no fuera la hija de mi mamá y de mi papá? Y si no fuera la hermana de mi hermana? Qué tipa. A pesar de que me vivo quejando, es imposible que logre vivir bien sin todas las cosas que me rodean hoy. Y capaz esto lo digo hoy, y capaz mañana soy un poco más bipolar. Es el día de hoy que pienso que realmente maduré, y estoy tan bien con eso. Pueden pensar que soy una amargada, pero tengo que desconectarme de toda la mierda que hay dando vueltas. Es el día de hoy, que me miro en el espejo, y no, no estoy enamorada de lo que veo, pero me acepto. Y sí, no voy a mentir diciendo que no me deprimo cuando veo a una chica bien bonita, y sé que me gustaría tener muchas cosas de ella. Pero, creo que si yo fuera diferente, probablemente no tendría ésta personalidad. A veces muy ortera, a veces muy divertida, o muy aburrida. Loca, paranoica, perseguida, mentirosa, y a veces demasiado honesta, consejera, amiga, egoísta, gritona, pensadora, compañera, de fierro, la que aguanta cualquier cosa, ariana completamente, soy Leila. Y a veces me puedo odiar, me puedo amar. Puedo llorar y gritar. Me puedo quejar, y me puedo conformar. Pero nada me hace cambiar. Me banqué estar sola, para después volver a tener amigos verdaderos. Lloré las ausencias de personas que quise mucho, para darme cuenta de que tengo una familia muy linda, con todos sus defectos. Mi vieja, mi viejo, mi hermana, mi tío, mi abuela. Bru y Debo. Mis amigos, no infinitos, pero verdaderos. Hoy estoy con los pies en la Tierra, sigo siendo terrible con casi las mismas cosas con las que siempre fui así. Pero, a veces pienso, qué es lo que hace mejor la vida de los demás a la mía? Y no es gran cosa. Ninguna fiesta, y ninguna salida va a mejorar mi vida. Sólo puedo decir, que puedo llegar a esperar que las cosas empiecen a salir mejor, y que el tiempo se tome su tiempo. Y a tratar de mejorar, que siempre que llovió, paró.