Profile Graphics, Page Graphics

11.5.10

Carta 47

Claudia:

Me conecto ahora con algo que muchas veces comento en el consultorio. La diferencia entre entender, comprender y aceptar. Aquí estoy otra vez con mi cargosa vocación por el significado de las palabras (¿qué diría Lacan de todo esto?).

Entender me suena a mental, a intelectual.
Entenderte es asegurarte que mi computadora interna es capaz de decodificar tu mensaje; o que tu actitud es razonablemente lógica dados los hechos y las circunstancias. En última instancia, tu conducta (acción o expresión) está plenamente justificada.

Comprender va más allá. La computadora no participa. Participa mi capacidad de "sentir con". Me identifico, soy capaz de sentir dentro de mí lo que decís, sentís, hacés.

¿Y aceptar? Aceptar es darme cuenta de que sos quien sos. Puede ser que no sea capaz de entenderte, quizás tampoco te comprenda. Sin embargo, si te acepto, podré no avalarte, no compartir con vos, pero NO te pediré que cambies, que te modifiques.

Entonces, la dimensión de la palabra rechazo cambia.
Mi rechazo podría ser una forma de aceptarte, en la medida en que no exijo que te modifiques, que seas diferente, que tengas otra actitud para quedarte aquí.

Aceptarte podría ser:
"No me gusta tu actitud, me molesta tu forma de ser o pensar, no quiero compartir cosas con éste que sos, andáte o mejor me voy. Pero no te pido que cambies, por lo menos no para mí, no para conservarme, no para permanecer conmigo. Seguí siendo quien sos y si querés, buscá quien te quiera así, tal como sos. Porque te acepto, te rechazo."

Dicho de otro modo, mi no aceptación es:
"¡Te quiero tanto! No nos separemos, pero vos tenés que cambiar esto o aquello. Tenés que dejar de ser así como sos. Si querés estar conmigo, hacé el esfuerzo y modificá esto y esto otro y así. Así estaremos juntos y felices..."

Y se me ocurre otra forma de no aceptación, también disfrazada de aceptación. Es vulgarmente conocida como idealización.

En verdad, si te idealizo es precisamente porque no te acepto. Si te aceptase, no necesitaría idealizarte.

No quiero que cambies. No para mí. Quiero aceptarte como sos aun cuando éste sea el camino de separarnos.

Prefiero que te alejes de mí por ser como soy, a que permanezcas conmigo para cambiarme.

De todas maneras, si puedo elegir, elijo que me aceptes para quedarte, elijo aceptarte y tenerte cerca, tan cerca como ahora...

Es que ahora que te escribo, que te cuento estas cosas, que comparte con vos mis delirios, ahora estás aquí a mi lado, del mismo modo que me sentirás a tu lado -lo sé- cuando leas esta carta.