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30.12.09

aprender

Een fin, se acerca fin de año y se vienen los balances. Si tengo que hacer mi balance, digamos que, mitad de año, fue una basura, y digamos que pilotié la otra mitad. Obviamente, que la primera mitad del año, tuvo sus cosas geniales, como los recitales, que me los llevo para siempre, y mi cumple, que también me queda para siempre. Pero hubo una parte, que también estuvo buena, pero mala al mismo tiempo. Pasaron tantas cosas, que a veces yo sentía que ya ni sabía dónde carajo estaba parada. Con el tiempo me dí cuenta de que:
-Las apariencias engañan.
-No todo es lo que parece.
-La gente nunca cambia.
Y esas tres cosas, son fundamentales. Me dí cuenta de que la gente no cambia, por que por más de que vos sigas cumpliendo años y creciendo físicamente, vas a seguir siendo el mismo pendejo forro hijo de puta, que lo eras cuando tenías 16 años. La gente NO cambia. Y me incluyo. Por que onda, sí, yo cambié. Se modificaron cosas de mí. Pero eso no quiere decir que yo haya dejado de ser Leila. Creo que, activé cosas en mí que no sabía que tenía. Y eso es GENIAL, está de más decirlo. Creo que resulté ser más fuerte de lo que alguna vez imaginé, y está bien, está bien. Las apariencias engañan, eso lo vengo escuchando desde que tengo memoria, y uso de la razón. Esa es una de las cosas que aprendes a los palos, a darte la cabeza contra la pared una y otra vez, sin parar. Y pienso que esa es la mejor manera de aprender. Y no todo es lo que parece, miren si no habré aprendido eso éste año. Éste año, me llevo amigos VERDADEROS algo que pensé que en la secundaria era imposible de conseguir, y me llevo un montón de recuerdos, un montón de clases y de horas libres, sentada con los chicos y cagándonos de risa. Y esa fue una de las cosas más geniales de la segunda mitad del año. Una de las mejores cosas que pude haber hecho este año, es haberme alejado de lo que conocía (miento, que creía que conocía), para acercarme a algo que no conocía y que terminé conociendo y que agradezco de que haya sido así. Hoy estoy, tranquila. Tranquila sabiendo que no hice nada por lo cuál yo debería sentirme mal, tranquila sabiendo que seguí mis convicciones, tranquila sabiendo quién soy. Cómo digo siempre, acepto todo lo que soy, todo lo que me pasó, y todas las cosas que me llevaron al hoy. Soy otra persona. Soy otra Leila. Pero sigo siendo la misma. Exactamente la misma. Nada más, que ahora soy más grande, y no lo digo por que cumplí un año más, sino, por que soy adulta. Soy madura. Al menos, yo me siento más así. Hay gente que cree que puede decirle a los demás lo que son o lo que no son. Cuántas veces me habrá pasado eso! Esa es una de las cosas que aprendí también, no hay que dejarse llevar por la corriente, por que te podés perder en ella. Te tiene que chupar un huevo lo que la gente piense de vos, y ser vos mismo. No se puede vivir del murmullo de la multitud. No se puede vivir del qué dirán. Hay que vivir la vida cómo venga, aceptar lo que uno tiene y amarlo, valorarlo y respetarlo. Por más que tu vieja piense que vos no valorás nada de lo que ella te dá y de lo que ella hace por vos. Hay que hacer las cosas a TU manera. Creo que éste año, fue genial en sentido...digamos...psicológico? Sí, podríamos decir que sí. No es fácil dar segundas oportunidades, no es fácil perdonar. No es fácil olvidar. No es fácil mirar para un costado, cuando todo a tu alrededor sale mal. Tardás un tiempo, darte cuenta de las personas, de las cosas que realmente valen la pena. Podés tardar mucho, o podés tardar poco. Yo tardé mucho, tardé 2 años y medio. Me dí la cabeza contra la pared una y otra vez. Pero esa, es la única forma de aprender. Así lo aprendí yo. Lastimándome, llorando, haciéndome mala sangre al pedo, gritando, discutiendo, puteando. Pero fue la única manera. Fue ese click, esa cosa de decir: 'hasta acá llegó mi amor', y correrme, y salir de eso que me hacía mal. Otra cosa que aprendí, es que, hay que correrse de lo que a uno le hace mal. Aunque eso implique quedarte sola, y que todos te miren y te apunten con el dedo. Eso es duro, lo sé. Es difícil. Es difícil sobreponerse a algo y seguir para adelante. Pero si no queda otra, hay que seguir caminando, con la cabeza en alto, y sin mirar para el pasado. ESA, es la única manera de aprender.