Bienvenida al infierno,
nunca volverás a tu terreno.
No volás por las nubes,
no te sumergas en los mares.
Podés, sin darte cuenta, ahogarte.
Entonces, cuando sea demasiado tarde,
habrán logrado llevarte.
Estás en una mentira,
vivís con eso día a día.
Que no te quepa duda,
todos sabemos quién sos realmente.
Cambiaste por afuera,
pero por adentro seguís siendo esa misma pulga chismosa,
en el fondo llorona.
Entonces, no trates de esconderte detrás de una máscara,
por que igual te vemos.
Vemos tu cara de desesperación,
vemos tus ojos piediendo piedad,
y tu boca, llena de ansiedad.
No te escondas,
vemos tu cara rota.